Estamos a punto de enfrentarnos a un cambio radical en el mix energético. En primer lugar, la electrificación de la economía finalmente va a llegar, pero lo va a hacer en un orden de magnitud muy superior a lo que se preveía cuando se empezó a hablar de ella: la electricidad va a incrementar cerca de 2.5 veces su peso en el consumo final de energía para 2050. Ésto se acelera, entre otras cosas, por el reemplazo de combustibles fósiles que se utilizan en transporte, calefacción, generación de electricidad o industria, por generación eléctrica y almacenamiento de origen renovable.
Porcentaje que representará la electricidad en el consumo total de energía, 2020-2050
Durante el periodo que transcurrirá entre 2022 y 2030, el peso de las energías renovables en la producción global de electricidad va a tener un crecimiento exponencial. En los próximos 8 años vamos a instalar globalmente 4 veces la capacidad que hemos instalado en los últimos 50 años, llegando a representar cerca de dos tercios para el año 2050, frente a un 25% hoy.
Ésto se debe a múltiples factores que generan corrientes favorables para el desarrollo de las energías renovables. Entre ellos, el fuerte compromiso político con los objetivos de ser neutros en carbono para 2050, el importante cambio de conciencia social con el cambio climático, y las exponenciales mejoras tecnológicas que seguirán permitiendo que el coste de producción de una unidad de energía solar se reduzca en otro 52% en los próximos 8 años.
Evolución del coste por kWh de solar frente a precios de electricidad finales en la UE
La adopción de nuevas energías renovables va a ser especialmente relevante en el sector residencial. Nada menos que 650 millones de casas globalmente van a adoptar nuevas tecnologías limpias en los próximos 8 años. Esto comprende paneles solares, baterías, cargadores de vehículo eléctrico, o aerotermia, entre otros muchos.
Las necesidades de adopción son grandes y - si bien a día de hoy el proceso de adopción de solar que ofrecen la mayoría de compañías es muy complejo para los usuarios - desde Samara creemos que es posible un modelo haga más simple la adopción y haga al usuario dueño de su producción, de su tejado y de su energía. De su trozo de sol y de su independencia. Creemos que hay un modelo prometedor para reducir la huella de carbono personal y donde el usuario, ahora convertido en prosumidor, se independiza de las grandes eléctricas en una gran medida. No en vano la electricidad es el sector peor valorado por los consumidores españoles según los estudios de la CNMC. Las razones: falta de transparencia, precio alto y un servicio pobre.
El hogar del futuro tiene paneles, baterías, cargador de vehículo eléctrico y una calefacción inteligente. Pero no queda ahí. La red tiene muchas ineficiencias y oportunidades y el rol de la tecnología es fundamental para reducir al máximo la factura de la luz y las emisiones de carbono.
Todo en la vivienda se gestiona por un software centralizado que controlas con tu móvil. Este software toma decisiones por ti. Tu factura ha bajado más de un 70% y este año has evitado la entrada de 1.2 toneladas de CO2 en la atmósfera. El mismo CO2 que 478 encinas pueden absorber. Estás en el futuro de la energía.
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